Los cuatro pasos para un liderazgo estratégico

La planificación estratégica en RRHH es un eterno anhelo en algunas empresas. En ocasiones se cree que las acciones por si mismas repercutirán positivamente en la motivación, satisfacción y productividad de las personas. Sin embargo la realidad muestra que sin una estrategia y objetivos claros podemos llegar incluso a crear el efecto contrario al deseado en las personas.

Todos sabemos que para recoger frutos no basta con sembrar, hay que hacerlo en una estación determinada, con una estructura y orden concretos y cuidar con mimo la plantación.  Estas reglas no siempre se aplican en las organizaciones y así se estropea en muchos casos lo que podría llegar ser una buena cosecha de talento comprometido.

Cuando actuamos sin saber para qué, está la  falta de coherencia, continuidad y objetivos limita el impacto positivo que las propias actividades pudieran tener por sí mismas.

Para lograr un impacto positivo en las personas, la función y las acciones de RRHH (y atención, no hablo únicamente del departamento de RRHH sino todo aquello que afecte a las personas) deberán planificarse estratégicamente a través estos cuatro pasos iniciales:

  1. Define su objetivo

¿Qué quieres conseguir con tu estrategia? ¿Qué te gustaría mejorar? ¿Productividad, comunicación, relaciones, trabajo en equipo, fomentar la creatividad….? Define dos o tres objetivos que permitan marcar el rumbo de la estrategia de personas en tu empresa.

  1. Establecer la coherencia como principio base de tu estrategia

Sin coherencia no se percibirá credibilidad en nada de lo que se haga en la empresa, por tanto la coherencia es la base de todo.

Tu estrategia y tus acciones deben ser coherentes al menos a tres niveles:

  • Coherencia con el entorno: situación sectorial, económica, factores sociales.
  • Coherencia interna: con la estrategia general, modelo de negocio, valores, situación económica de la compañía, servicios o producto, estructura organizativa, tipo de perfiles profesionales…
  • Coherencia interdepartamental e interpersonal: estilo de liderazgo, formas de comunicación y de relación.
  1. Identificar valores de la compañía

Los valores son acciones que empiezan pero nunca terminan, imagina ¿Cuándo se termina por ejemplo de ser respetuoso? Los valores como acción continua guían nuestras formas específicas de comportamiento.

La compañía debe tener unos valores propios que faciliten la coherencia en las formas de actuación de todos los miembros de la organización. Por ejemplo valores como el respeto o la confianza en las personas podrían ser la base de una buena estrategia de personas.

Una vez identificados es necesario establecer formas de comunicar estos valores y  sobre todo, como veremos en el último punto ejemplificarlos en el liderazgo del día a día.

  1. Diseñar e implantar herramientas que permitan llevar estos valores a la práctica diaria

Es muy común tener claros estos principios pero fallar a la hora de llevarlos a la práctica. Sin duda es la parte más difícil pero es la única forma de bajar a tierra firme la estrategia de personas.

Sin duda el gran reto del líder estratégico consiste en parte en conseguir este alineamiento entre intenciones y práctica diaria.

La estrategia de personas no es un mero documento o plan, ni una única declaración de buenas intenciones, es algo que debe impregnar cada decisión, cada palabra y cada acción que se ponga en práctica en la empresa.

Y tú, ¿lideras estratégicamente?

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