La motivación, el motor de tu empresa

Tras nuestros dos primeros artículos en los que hemos profundizado sobre el valor de los RRHH y los primeros pasos que puedes dar, hoy quiero hablarte de motivación. Hablar de recursos humanos es hablar de motivación, un tema ampliamente tratado a lo largo de los años pero que sigue suscitando la curiosidad de expertos y no expertos en la materia.

Te expondré algunas pinceladas de los aspectos más importantes a tener en cuenta para una buena gestión de la motivación en tu organización:

Existen muchos tipos de motivación pero todas alumbran un mismo resultado: hacer las cosas bien, sentirse bien con uno mismo y con lo que se hace y poder mejorar y alcanzar los objetivos personales y profesionales. La motivación es el motor de tu empresa y no deberías por tanto descuidar este aspecto tan valioso que te permitirá dar un mejor servicio y mejorar los resultados de tu empresa.

Además, existen multitud de teorías acerca de cómo funciona la motivación y qué podemos hacer para mantenerla, lo más importante: la actitud. Motivación es actitud actitud positiva y pasión por lo que haces: la actitud del empleado cuando va a su trabajo, la actitud que pone en cada email o llamada que contesta, en cada detalle de lo que hace, cada pregunta, cada consejo o cada respuesta que da al cliente. Motivación es poner mimo y dedicación en lo que se hace y se dice, en cada detalle, en definitiva motivación es querer dar un buen servicio.

No hay recetas mágicas cuando hablamos de motivación, cada persona da un valor diferente a los diferentes aspectos dentro de su puesto de trabajo y de la cultura de la empresa. Si bien es cierto que existen unos pocos ingredientes comunes (buen ambiente de trabajo, autonomía y responsabilidad o comunicación fluida) la mejor receta se hace a medida.

Un último aspecto debes tener presente: la motivación es frágil, puedes tardar mucho en cultivarla pero un descuido puede llevársela al traste en segundos, así que siémbrala cada día en tu empresa y riégala cuidadosa y periódicamente.

¿Por dónde puedes empezar?

Utiliza las herramientas de RRHH para poder conocer a las personas que trabajan en tu empresa y fraguar una relación de confianza y comunicación con ellos.  Como vimos en anteriores artículos, conocer es la clave para gestionar, y en el caso de la motivación esta regla también aplica y mucho.

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